lunes, 25 de enero de 2010

Como se caen los mitos... Kulto al Plato.


Una de las personas más contentas que había en Madrid por la apertura de una sucursal de la magnífica casa de pintxos donostiarra “A fuego Negro” fui yo, y lo digo en pasado.


Tengo observado de muchos bares y restaurantes cambian su calidad en la comida dependiendo de las horas del día o día de la semana, ya no sólo el servicio que lo puedo entender, pero no admito que sea en cuanto a la calidad de la comida.


Siempre les había visitado los Sábados a medio día y tanto el servicio coma la comida a pequeñas excepciones de platos de sabores armonías “imposibles” de conjugar y algún que otro despiste en cocina, a grandes rasgos estaba muy contento con esta casa. Pero una visita nocturna en sábado ha cambiado radicalmente mi concepto y opinión de esta casa.


El local a esas horas es tremendamente ruidoso, las mesas en este caso son demasiado amplias para poder mantener una conversación más allá del que tienes a tu lado. Las sillas son bajas, las copas las han cambiado a peores, aunque todo esto se podría perdonar si la cocina siguiera a buen nivel.

El menú de 30 euros es escaso, y no soy comilon, algunos platos creo que podrían ser otros de los que conozco de su carta. Se repiten los platos del menú desde hace tiempo (es hora de cambiar) y los nuevos algunos son desacertadas elaboraciones.


A destacar (por lo malo), un arroz con algas, el arroz es un arroz insulso, pre cocido y pasado de cocción al que luego se añade una salsa de alga con escaso sabor. La Txiquihuerta, ha dejado de ser txiqui a ser troglodita, las mini berenjenas, zanahorias, etc., ahora son trozos de verdura bastamente cortada.

Y para remate un postre horripilante que nadie en la mesa supo identificar, pues era sorbete de pimiento rojo con trufa de chocolate. El pimiento estaba tan metálico que más que malo era defectuoso (sabor a lata), pero preguntado al camarero por ese sabor horrible y llevado a cocina, su respuesta es, “la cocinera lo ha probado y dice que no le gusta pero que es así”... that’s incredible!. Es asqueroso pero como se supone que al jefe o ideólogo del plato le gusta, cosa que dudo, era un producto claramente defectuoso al que no supieron dar respuesta y cobrado y sin ofrecer al cliente otra opción para no quedarse con malas sensaciones, y sin entrar a fondo, ¿quien hay en la cocina?, alguien que no sabe distinguir entre un producto de sabor diferente y novedoso a defectuoso.


No sé lo que les ha pasado, la crisis, cambio de cocinero, desmarque con la casa madre, un mal día,... lo siento habéis perdido un seguidor.


Saludos.

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Aquí os iré presentando mis opiniones personales y comentarios de ciertas experiencias gastronómicas y vinícolas que me irán sucediendo.


El catador enmascarado.