Cuando el cava aumenta su calidad se acerca a las sensaciones de un champagne de clase media, pero creo que cuando hablamos de champagnes "grandes" la diferencia es notable.
Entre los catados a ciegas 2 de los cavas los confundí por champagnes, aunque también es de decir que todos los champagnes los reconocí como ello.
GRAMONA
IMPERIAL G.RESERVA 2007
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Unas pequeñas notas sobre los vinos:
Gramona Imperial, solo correcto.
Moet Chandon, solo correcto.
Barranco Oscuro parte de un vino natural con aromas a sidra, por lo que en un principio lo confundimos por una sidra de doble fermentación, pero el alcohol no cuadraba para una sidra y ya empece a pensar en un vino natural de lugar indeterminado.
Soy de esos que amo y odio los vinos naturales, a veces son maravillosos y a veces horribles, pero al fin y al cabo como todos vinos, los hay buenos, regulares y malos, no por ser naturales van a ser mejores, y hablo en cuanto a mis sensaciones, no hablo de otra cosa.
Titiana, le recordaba mejor, demasiado oxidado, la burbuja algo salvaje y amargor final muy marcado.
Recaredo Brut de Brut, licoroso, algo de oxidación, algo de lias pero no del todo mal la nariz, agradable. La boca se nota el alcohol, buena burbuja pero final amargo, buena elaboración no tan buena añada quizá.
Juvé I Camps Miléssimé es la segunda vez que lo confundo con un champagne, incluso tras pasar por boca. Es elegante, cremoso y acidez buena, sin ser fantástico es una buena opción como contrincante ante un champagne modesto.
Agrapat decepcionante, acidez muy justa, y sin eso no llega a la gran liga.
Gramona Celler Batle entra en la liga de los cavas de categoría en nariz está un poco clavado en la zona de las lias tostadas, brioches, etc, pero en boca es más convincente, aunque un poco más de acidez se echa en falta.
Bollinger, bien, pero son 40 euros y hay otros champagnes de casas más pequeñas que por menos dan más.
Y ya damos el gran salto mortal con Jacques Selosse Initial y el Pol Roger Winston Churchill. El primero con una fantástica oxidación, en su punto, ni mucha ni poca, muy fresco pese a esa oxidación, y en boca es voluminoso en su elegancia, largo, ancho, sabroso, mineral y un final de recuerdos a vino bio.
El Pol Roger, una lastima que la nariz no terminó de abrirse, algo reducida y verdulera, pero la boca era impresionantemente joven, fresca, mineralidad, elegancia y eternidad en boca y postgusto, un gran vino.
Como resumen, pues casi poco que dar por sentado, cada vino es un mundo, y tanto en cavas (en este caso todos del Penedés) como champagnes las sorpresas pueden ser buenas y malas, aunque los "grandes" champagnes lo son por algo, aunque supongo que tampoco todos los grandes son tan grandes, o sea, nada es cierto al 100% hablando de vinos.
Saludos.
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