Sin esperar mucho del Pommery fue grata la sorpresa, parece que a alguien se dejo olvidada la botella en un estante, quien sabe cuanto, pero el vino había ganado en complejidad y elegancia aromática, además en boca mantenía buen acidez y buen volumen con la burbuja muy integrada, la sesión empezaba bien.
Llega el Valdesil sobre lías 2010, de salida serio, nada de lías golosonas o mantecosas, tiende más hacia la mineralidad. En boca es un cuchillo, una acidez impresionante, casi diría que por integrar, con comida se lleva bien, pero a solas es más complicado. Lo hemos pillado todavía joven, al menos habría que dejarlo 2-3 años más, que pena ya que tiene muy buena pinta.
Entra el primer tinto, El Año del Desastre 2007, y aunque es un Ribera de Duero (Vino de Mesa) no lo parece, esta más en la linea del frescor y la mineralidad que de la maduración o la madera. En boca es definitivamente opuesto a un Ribera estereotipo, algo tánico todavía, pero muy fresco, algo mineral y aunque hay una nota verde no me desagrada, creo que también se le podría dejar 2-3 años para mejorar y hacerse más elegante, tiene atisbo de ello.
El segundo tinto, Clos Fontà de 2004 DOC Priorato, me lleva directamente al mediterráneo fruta elegante en licor, herbal, su punta alcohólica comedida, todo ello con elegancia y sutileza. En boca es amplio, voluminoso pero muy pulido, buena acidez y elegancia mediterránea. Un magnifico vino que se dejo beber muy bien.
Saludos.
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